La Sábana
Conclusión
Recapitulemos sobre lo que hemos visto hasta ahora. Las huellas en la tela nos muestran a un hombre que sufrió dolores indescriptibles.
La flagelación excesivamente dura condujo a la pérdida de sangre, líquidos, electrolitos y proteínas, resultando en un shock traumático y hemorrágico. A esto se suma el esfuerzo de haber cargado el travesaño de la cruz por un camino empinado hasta el sitio de la ejecución. Es en ese camino, mientras cargaba el madero de aproximadamente 80 kg, que sufrió una caída que probablemente causó lesiones en los órganos toráxicos. Tales lesiones pueden haber causado una ruptura del músculo cardíaco, provocando hemorragias internas y acumulación de líquido en el pecho. Esta caída es probablemente la razón por la que los investigadores encontraron restos de polvo en la rodilla izquierda, el talón y la nariz del hombre de la Sábana Santa de Turín. Si observamos en la tela la imagen del hombro derecho veremos un leve descenso probablemente causado por la dislocación de la articulación.
En la cruz, sus pies fueron clavados a una plataforma y clavado al madero transversal con los brazos abiertos. Para aliviar la falta de aire debió apoyarse sobre sus pies clavados provocando un dolor espantoso, también en sus manos. Al final, el esfuerzo sobrehumano, el dolor insoportable, varios estados de shock consecutivos, la probable asfixia, la insuficiencia circulatoria y un ataque cardíaco provocaron la muerte del Hombre de la Sábana.
Luego de todo lo aprendido a través de la observación del sudario, los invitamos a seguir la exposición observando los objetos en las vitrinas que no harán más que recordarnos los sufrimientos por los que debió pasar el Hombre de la Sábana.