Botánica

Los análisis botánicos y el testimonio de un rito funerario

Durante estos estudios también se encontraron en la tela restos de aceite, bálsamo, aloe y mirra.

En los ritos funerarios judíos, el difunto era sometido a un proceso de purificación: el cuerpo era lavado y ungido cuidadosamente con aceites, envuelto en un sudario y enterrado con una ceremonia. Estos restos de aceite y bálsamos nos dan indicios sobre los rituales a los cuales fue sometido el Hombre de la Sábana. Lo que sí sabemos es que, en este caso, los ritos fueron mínimos, posiblemente por falta de tiempo.

En el Nuevo Testamento dice que los discípulos tenían prisa debido a la proximidad de la fiesta de la Pascua.

«También Nicodemo, el que antes había visitado a Jesús de noche, llegó con unos treinta y cuatro kilos de una mezcla de mirra y aloe. Ambos tomaron el cuerpo de Jesús y, conforme a la costumbre judía de dar sepultura, lo envolvieron en vendas de lino con las especias aromáticas. En el lugar donde crucificaron a Jesús había un huerto y en el huerto un sepulcro nuevo en el que todavía no se había sepultado a nadie. Y como era el día judío de la preparación y el sepulcro estaba cerca, pusieron allí a Jesús”.
Juan 19:39-42

Otro detalle importante es que en la Sábana Santa de Turín no se observan signos de putrefacción por lo que se deduce que el cuerpo no estuvo envuelto en ella por más de dos o tres días. Tampoco es lógico que el sudario haya sido descartado tan pronto luego de un entierro tan elaborado.  Aquí no podemos dejar de relacionar este hecho con lo narrado en el Nuevo Testamento sobre la resurrección de Jesús al tercer día.