Preguntas Frecuentes
Fundada en el siglo XI en Jerusalén, la Soberana y Militar Orden Hospitalaria de San Juan de Jerusalén de Rodas y de Malta es una orden religiosa laica de la Iglesia católica y un sujeto de derecho internacional. Fiel a su misión centenaria de servicio a las personas vulnerables y los enfermos, gestiona proyectos médicos, sociales y humanitarios en 120 países.
La misión de la Soberana Orden de Malta está resumida en su lema, “Tuitio Fidei et Obsequium Pauperum”: testimonio y defensa de la fe (Tuitio Fidei) y asistencia a los enfermos y los necesitados (Obsequium Pauperum).
La Orden nació en Tierra Santa como una comunidad monástica inspirada en San Juan Bautista, alrededor de 1050. Los Hospitalarios crearon un hospicio que ofrecía atención y alojamiento a los peregrinos de cualquier credo. En 1113 fue reconocida formalmente como orden religiosa por el Papa Pascual II, con derecho a elegir libremente a sus superiores sin interferencia de otras autoridades laicas o religiosas y proporcionando los fundamentos jurídicos para la independencia. Antes de 1798, todos los Caballeros eran religiosos, habiendo profesado los tres votos de pobreza, castidad y obediencia.
Aún hoy en día, algunos miembros de la Orden son religiosos en virtud del Derecho Canónico; otros han pronunciado solamente la promesa de obediencia, y se han comprometido a acatar más profundamente los principios cristianos en su vida en sociedad. La mayor parte de los 13.500 Caballeros y Damas de la Orden son miembros laicos.
Aunque no hayan profesado ningún voto religioso, todos están dedicados al ejercicio de la caridad y las virtudes cristianas, comprometiéndose a desarrollar su espiritualidad en el ámbito de la Iglesia católica y a colaborar en las actividades médicas y sociales de la Orden.
Tradicionalmente, los miembros de la Orden de Malta pertenecían a la aristocracia europea; hoy en día se hace hincapié en la nobleza de espíritu y comportamiento. En su definición más profunda, nobleza significa asumir más responsabilidad y deberes que otros.
El compromiso de la Orden de Malta se traduce como responsabilidad social, lealtad a la fe y la Iglesia católica, voluntad de defender las tradiciones cristianas y como asistencia a los necesitados.
En la actualidad, la mayoría de sus miembros ya no provienen de familias nobles, y son admitidos en base a méritos manifiestos adquiridos gracias a el compromiso en las actividades de la Orden de Malta.
Los miembros de la Orden de Malta ingresan por invitación. Se trata de personas con una moralidad y un comportamiento católico intachable, que hayan realizado durante años méritos relevantes para la Orden de Malta, sus instituciones y sus obras humanitarias. El Gran Priorato o la Asociación nacional competente son responsables en cada territorio de las propuestas de admisión.
La Orden de Malta está compuesta por más de 13.500 Caballeros, Damas y Capellanes. Cuentan con el apoyo de 100.000 voluntarios permanentes y 52.000 trabajadores, personal sanitario en su mayoría.
Los voluntarios siempre son bienvenidos. Si le interesa colaborar como voluntario, contacte directamente con la Asociación nacional o el cuerpo de voluntarios de su país.
Para más información de contacto, seleccione: Europa – África – América – Asia y Oceanía.
La Orden de Malta gestiona proyectos médicos, sociales y humanitarios en 120 países. La misión principal de la Orden es ayudar a las víctimas de conflictos armados y desastres naturales, ofreciendo asistencia médica, atendiendo a los refugiados y distribuyendo fármacos y material básico de supervivencia.
Cuenta con programas de asistencia social en favor de los sin techo en países en desarrollo e industrializados, atiende a las personas a menudo marginadas por la sociedad, como los discapacitados y los ancianos, presta servicios de primeros auxilios y organiza campañas médicas y sociales.
Los fondos proceden de los miembros y de donaciones privadas y públicas, y varían en función del país, el tipo de proyecto y las circunstancias. Los recursos para la gestión de hospitales y actividades médicas proceden generalmente de acuerdos estipulados con las instituciones nacionales sociales y de sanidad. Esto mismo se aplica a los servicios de emergencia.
En los países en desarrollo, las actividades se financian frecuentemente gracias a subvenciones gubernamentales, de la Comisión Europea, los Organismos especializados del Sistema de Naciones Unidas u otras organizaciones internacionales. También se reciben fondos de donaciones o contribuciones de benefactores a las actividades de la Orden de Malta.
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