Clavos

Muerte en la Cruz : un hallazgo de huesos cerca de Jerusalén

Desde finales del siglo III AC hasta la antigüedad tardía, la muerte en la cruz en el Imperio Romano era una sentencia de muerte cruel pero común. La sentencia judicial podía determinar  también si el delincuente era simplemente atado o clavado a la cruz como es el caso del hombre representado en la Sábana Santa de Turín.

El “Hombre de la Sábana Santa” fue crucificado colocándole clavos en los pies y en las manos. El brazo izquierdo, el que se encuentra por encima de ambos brazos cruzados, presenta una herida grande y profunda de aproximadamente 1 cm diámetro, ubicada en el carpo. Se aprecia una importante huella de sangre en la muñeca izquierda, que se extiende por todo el antebrazo y otra huella que se escurre por el antebrazo derecho. Esta herida se encuentra en el carpo, lo que contradice la tradición iconográfica que durante siglos representaba las heridas de las manos en el centro de la palma. De hecho, la palma de la mano jamás hubiera soportado el peso de un cuerpo crucificado pero sí la ranura entre los huesos de la muñeca. La herida en esta zona lesiona un nervio haciendo que el pulgar se curve involuntariamente hacia adentro y es por ello que en las manos del sudario solo se aprecian cuatro dedos.

Los clavos utilizados por los romanos para las crucifixiones eran cuadrados de aproximadamente un centímetro de ancho tal como lo demuestra el hallado en una sepultura en Jerusalén.

Sobre la técnica y el proceso de una crucifixión en la antigüedad, solo se han conservado unas pocas pruebas objetivas que dan una idea más precisa.  Además de algunas pocas ilustraciones, existe evidencia a partir de un hallazgo particularmente único realizado en 1968 en un osario cerca de Jerusalén, de una caja de huesos, correspondientes a los restos mortales de un hombre llamado Juan, que en el siglo I después de Cristo murió en la cruz, que nos proporciona mucha información sobre este tipo de muerte. El estudio de estos restos demostró que los huesos fueron perforados en los talones por un clavo largo y que los huesos de las piernas están fracturados.