Exposición > Historia > Año 944 – 1204: Constantinopla

En 944 el emperador romano de Bizancio emprendió una campaña contra el califato de los abasíes a fin de obligarlos a entregarle el lienzo. Sus tropas recién se retiraron cuando los habitantes de Edessa entregaron el lienzo. El 16 de agosto llegó a Constantinopla y lo llevó por la ciudad en una procesión festiva. En esa ocasión el archidiácono Gregorio Referendario dio un sermón en el que menciona la “impresión de la imagen original viviente, marcada por la sudoración del miedo a la muerte… la verdadera imagen de Cristo, embellecida por las gotas que manaron de su costado… Sangre y agua allí, sudoración y la imagen aquí”. La imagen de Édessa como reliquia del Señor más importante pasó, entonces, a formar parte de las reliquias de la Pasión de Constantinopla y se transformó en el patrono del imperio. A partir de entonces ya no solo se la nombra como la imagen de Edessa o Abgar, sino que mayormente comienzan a referirse a ella como “Mandylion”. Primero se la veneró en la Catedral Hagia Sophia, luego fue trasladada a la Capilla Imperial de los Faraones de Bucoleón, donde se la muestra cada vez menos como consecuencia de la iconoclasia. Finalmente fue escondida en el techo de la capilla de los Faraones y no se permitió acceder a él.

El recibe el Mandylion. Su longitud es idéntica a la de la Sábana.

La cruz de Gero

Con el objetivo de unir y fortalecer el Imperio Romano de Oriente y Occidente, en el año 971 el emperador alemán Otto I buscaba una esposa de Bizancio para su hijo Otto II. Para ello envió al arzobispo de Colonia, Gero, a lo del emperador en Constantinopla. El fruto de ese viaje es la celebración, en 972, de la boda de Otto II con la princesa bizantina Teófano. Otro resultado de esa unión puede ser la famosa cruz de Gero de la Catedral de Colonia. Esta cruz rompe radicalmente con la tradición romana de representar la cruz y se muestra al crucificado de manera natural, sin miramientos, como una persona que murió después de ser cruelmente torturada. Asimismo, las proporciones corporales y fisionómicas coinciden con las del crucificado de la Sábana. Es probable que le hayan mostrado el venerado Mandylion al obispo en Constantinopla y que lo haya tomado como ejemplo normativo para el diseño de la cruz de madera que hace confeccionar luego de su viaje.

Cruz de Gero en la Catedral de Colonia, 2. segunda mitad del siglo X

El Códice Pray

El manuscrito húngaro más antiguo, el “Códice Pray“ (aprox. 1190) muestra la unción de Jesús y la visita de las mujeres en la sepultura vacía, en dos dibujos superpuestos. El dibujo superior muestra el cuerpo de Jesús, que yace con las manos cruzadas en el regazo (las manos presentan solo cuatro dedos) sobre un lienzo largo de color blanco. En el dibujo inferior, un ángel y las tres mujeres. En primer plano se ve un lienzo igual de largo, doblado, con dibujos. Esta representación se centra en la estructura del tejido (espina de pez) del lienzo y los agujeros en forma de L (“poker holes”, que fueron causados por el goteo de una sustancia corrosiva). De esta manera, el diseño en forma de pez y los “poker holes” se transforman en una característica especial: Solo este lienzo es la síndone de Jesús. Probablemente, el “Códice Pray” tuviera una versión más antigua. En el siglo XII, las relaciones entre Bizancio y Budapest eran estrechas. En 1104 se casa el emperador Juan II Comneno con la devota Piroska de Hungría. Como emperatriz Irene, asumió la ortodoxia y abogó de manera vehemente por los iconódulos durante la primera iconoclasia. Después de su muerte, se transformó en una santa de la ortodoxia. Su nieta María se comprometió en 1165 con el sucesor al trono húngaro Bela III. Resulta factible que, en ese período, el Mandylion de la capilla de los Faraones o, al menos, una copia del lienzo, fue mostrado a alguna delegación húngara para que lo veneraran. Lo que se veía en Bizancio se podía encontrar representado en detalle en las ilustraciones del “Códice Pray”.

El Códice Pray (aprox. 1190) muestra la Sábana en detalle,
incluso las cuatro quemaduras (véase marcas rojas).