Como cada 8 de septiembre, la Orden de Malta conmemora en el mundo la Festividad de Nuestra Señora de Filermo. Este año, la situación epidemiológica ha impedido la tradicional Peregrinación SMOM de Enfermos a Luján, ya que todavía no están dadas las condiciones necesarias para realizarla en forma segura.
Ante la imposibilidad de los Presidentes de Sudamérica de viajar a la Argentina para peregrinar, surgió la invitación de Luiz Perissé, presidente de la Asociación de San Pablo de la Orden de Malta, para que les sea posible a los Cohermanos de las distintas Asociaciones acompañar de manera virtual la misa que ellos realizaron conmemorando a la Virgen de Filermo.
Se le agradece especialmente por permitir compartir un momento tan significativo para los miembros de la Orden de Malta.
Sobre Nuestra Señora de Filermo
Su ícono es el más sagrado para la Orden de Malta, y desde hace siglos
las Damas y Caballeros le son devotos. Es el símbolo por excelencia de la espiritualidad mariana de la antigua Orden de los Hospitalarios de San Juan. Se la considera también Patrona de los Viajeros por sus innumerables peregrinaciones.
Muchas son las versiones acerca de su historia: según lo escrito en 1594 por Giacomo Bosio, autor de relatos sobre Santos y Beatos de la Orden, su imagen era transportada al interior de los muros cada vez que se perfilaba una amenaza, por ejemplo, cuando el ejército turco se preparaba para asediar la isla de Rodas en 1480.
Décadas más tarde, la invasión del ejército del sultán Solimán el Magnífico entre 1522 y 1523 condujo a la pérdida de la isla para los Caballeros. El Gran Maestre exiliado, Frey Philipe Villiers de l’Isle Adam, fue autorizado a llevarse consigo las reliquias más veneradas y valiosas de la Orden: la mano derecha de San Juan Bautista, un fragmento de la verdadera Cruz y el ícono de Nuestra Señora de Filermo, que emprendió esta nueva peregrinación acompañada de un lema, «Afflictis tu spes unica rebus», en el dolor tú eres mi única esperanza.
Los habitantes de Rodas creían devotamente que su imagen milagrosa que los acompañó durante su establecimiento en la isla de Malta, cantando en su honor el himno «Tu spes afflictiis, sola salus», que significa Tu, esperanza de los afligidos; Tu, única salud.