Ser voluntario es dar a los demás una pequeña parte de tu propia vida.

El pasado 12 de diciembre, organizado por los voluntarios de la Orden, se realizó una celebración de cierre de año en Pizza Piola.

Durante la cena, que transcurrió en un clima de alegría y amistad, se oyeron algunos emocionantes testimonios de los presentes:

“Qué rica ha sido la actividad de los voluntarios en la Plaza, ha puesto de manifiesto lo mejor de cada uno, agradezco a todos por esta actividad que ayuda, como grupo, a crecer en lo individual”

“Quería agradecerles a todos y cada uno de ustedes por haberme dejado entrar en este hermoso grupo de personas que poco a poco voy conociendo y queriendo. ¡Gracias por darme la mano y acompañarme en este hermoso camino que es el voluntariado y así poder ayudar a los demás!”

“No hay palabras para describir lo que se siente al ayudar a nuestros Señores, los más necesitados, sucede al revés: debemos agradecer por todo lo que nos dan”.

La reunión contó con la presencia del Embajador Georg Khevenhueller, quien felicitó a todos por el trabajo realizado con tanto amor y dedicación, y aprovechó la ocasión para agradecer al restaurante y a su personal, en nombre de la Asociación, por la donación de un suculento guiso que, todos los segundos jueves de cada mes, hace llegar para nuestros asistidos.