En la “Casa de la Bondad” se recibe y cuida con ternura a personas pobres y desamparadas que requieran cuidados paliativos, buscando aliviar el dolor para que puedan irse en paz.
Llegamos a conocer esta maravillosa obra por la necesidad de uno de nuestros más queridos asistidos: Ángel Maciel. “Angelito” nos acompañó durante seis años en la Noche de la Caridad y en muchos otros lindos momentos compartidos. Era un ser especial que nos enseñó y dejó mucho.
El año pasado, voluntarias, médicos y enfermeras del Hospice lo acogieron con cariño y dignidad hasta el final.
Quienes están allí internados tendrán seguramente una muerte más digna que su vida, pasarán sus últimos meses alimentados, limpios y tratados con cariño.
La Asociación, ante serias dificultades que afrontaban, les hizo entrega de una donación, por la suma de $250.000.-, que fueron destinados en favor de los cuidados paliativos que se llevan a cabo en la Fundación.